sábado, 8 de diciembre de 2007


Todo en esta vida tiene un motivo, y el dia de ayer por azares del destino fuimos los cuatro a entregar los tamales al asilo el refugio, para mi hijo el mayor esta experiencia no era nueva ya que esta en una institucion marista y hacen visitas de una forma regular a estos lugares, sus ojos se llenaron de tristeza, podia ver yo atravez de ellos, platicaba con las personas, se mostraba amable...Por otra parte veia el gusto que le daba que su madre forme parte de esa ayuda y de ese lugar. Mi otro corazon el mas pequeño.. Le comente antes de llegar que el lugar tenia un olor especial, nada ag radable, asi que le pedia por favor que tratara de no hacer gestos que pudieran hacer sentir mal a los ahi presentes...Desde que llego sus ojos se iluminaron se puso en accion, como si su espiritu y alma con vocacion de ayuda se pusiera en accion...Me enternecia verlo abrazando y besando a los ancianos, llevandoles los tamales con sus manitas, perplejo ante tanto abandono y tristeza, reflejada en cada una de las miradas, como se acercaba a todos, algunos le ocasionaban ternura, otros temor, otros muerte, se incorporo a ese lugar como si su corazon estuviese abierto y dispuesto a dejar su amor que lleva dentro a cada uno de ellos...con paciencia les dio de comer en su boca, erguido como arbol y convencido de entregar su alma en ese momento.. El estaba paralizado ante tanta carencia, ante el abandono, ante el sufrimiento, ante la espera, y con un dejo de tristeza y admiracion me veia recorriendo aquel lugar, en el que yo he encontrado solo amor y el gran deseo de seguir ayudando.

Mi pequeño se subio al carro y en silencio sus ojos derramaron algunas lagrimas, en su rostro se veia reflejada la compasion que sentia hacia los ancianos, se recargo cerro sus ojos, y dejo que su cuerpo se desvaneciera, tratando de recuperarse de aquella descarga de adrenalina que habia pasado por sus venas. Silencios, agradecimiento a la vida por permitirnos vivir de una forma diferente, Respeto fue lo que se inhablaba en ese ambiente, en ese espacio donde regresabamos a nuestra vida normal.




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