viernes, 20 de marzo de 2009

Tus manos




Estas son las manos de Fatma, en arabe Hamsa significa cinco. Fatma es la hija del profeta, protectora simbolica de los fieles. De los que dudan. Ella no juzga. Protege sin distincion.Para algunas tribus sufis que aceptan ser sonámbulas del deseo, cinco son las estaciones del amante en su viaje a conocer el fuego. Y cada una se reconoce bajo el emblema de un dedo. Cinco los símbolos de lo que mueve misteriosamente su cuerpo y, en la perfecta geometría de su corazón cambiante, cinco las mujeres que pueden ser diosas del amor al mismo tiempo. El cinco es un fetiche. Y es cifra en el doble sentido de número y de código secreto. Acumula significados: protección divina, símbolo de armonía, síntesis de los elementos del universo. Cada dedo es agua o tierra o aire o fuego y el quinto es la nada que los une. La nada que a la vez es todo. La quintaesencia. Mano poderosa que todo lo contiene, incluyendo al vacío. Que todo lo hace con posible habilidad y con decisión lo ejecuta, lo empuja, lo cuida. Signo de fuego y aire. Una jamsa se pinta con frecuencia sobre los Kama Sutras árabes Un manual del amor es un libro que nos lleva de la mano. Nos guía tocándonos. Conduce nuestros pasos desde los dedos y los ojos. En algunos manuales árabes del amor el cinco es fundamental marcando el ritmo de acercarse, de temperar el deseo: “El amante debe ofrecer a su amada cinco caricias prolongadas en cinco círculos concéntricos alrededor de cinco besos púbicos. Todo cinco veces repetido antes de pensar siquiera en entrar en ella. Y cinco veces debe escuchar que el cuerpo de la amada, en su lenguaje propio, no necesariamente con palabras, lo llama, lo reclama dentro. Sólo después de la quinta llamada el buen amante se aventura: eso se conoce en el amor como La ley de Jamsa. Y la mujer suele invocarla ante los ojos del amante simplemente extendiendo ante él la palma de su mano o colocándola suavemente sobre sus ojos.” “Los amantes más sofisticados --sigue diciendo La ley de Jamsa, dejan que nueve veces cinco crezca la tensión del arco amoroso que lo lanzará muy adentro del corazón de la amada. Muy adentro de su cuerpo. Cinco y nueve embebidos como cifras amantes, como amantes cifrados. Cinco largos y profundos más nueve cortos y leves son los movimientos amorosos que llamamos “ritmo de penetración y compenetración”; y que crean una composición amorosa perfecta. En esos horizontes del cuerpo, perfecta significa deseable. ”
Alberto Ruy Sanchez.

1 comentario:

Edu dijo...

Que ritual mas poetico.
Un Saludo.